miércoles, 29 de diciembre de 2010

LA RADIO

 Por aquél entonces la radio era nuestro “pic-up”, nuestra máquina de discos, nuestro casete, nuestros “cedes”, o nuestro mp3, pero en definitiva aquella música que escuchábamos a través de aquellos primitivos radios quedó grabada en cada uno de los que vivimos aquella época. Ahora, pasado el tiempo, cuando se vuelven a oír algunas de aquellas viejas canciones afloran sentimientos y vivencias pasados que te hacen   sentirte más joven.
Esto es un ejemplo de cómo sonaba la radio hace más de sesenta años:
Aquí, EAJ 61 Radio Jaén. Continuando con nuestro programa de discos dedicados  lo hacemos dedicando la canción que de seguida sonará para Anita de Torredelcampo, de quién ella sabe, y para Manolito asimismo de Torredelcampo, de su abuela Antonia en su cumpleaños, para que no sea malo y se aplique en el colegio, y etc, etc... Para todos ustedes una bonita canción que interpretan Luisa Linares y Los Galindos: Hay quién dice de Jaén.
Y sonaba la canción en la radio, y la moza que se llamaba Anita como otras cientos de ellas en el pueblo presumían que era para ella la dedicatoria, ya que la rondaba “fulanico”. Y luego, el niño que era malo seguía siendo igual de malo a pesar de los consejos de su abuela pues ella lo que quería es oír salir su nombre de aquél aparato de radio que le vendió José “El de los radios”, de la marca Bertrán, o tal vez pudiera ser Invicta, o Telefunken, con los que nunca se podían coger emisoras tan lejanas como London, Paris, Roma, Lisboa o Lille a pesar de venir insertas en el cristal del dial.
Más tarde, ninguno de nuestros padres entendieron como pudiese gustarnos aquella música de aquél joven del tupé llamado Elvis que entonaba baladas como Only You,  Blue Mon, o In the Ghetto. Ni aquellos melenudos llamados Los Beatles, ni a tantos otros de los años sesenta que cambiaron no sólo la tendencia musical existente, sino hasta nuestra manera de vestir y hasta de pensar. Fueron unos años donde aquella juventud que ya no creía en guerras pasadas empleó la música como su mejor arma y nos hizo acreedores a cada uno de los jóvenes que vivimos aquella etapa  de tener un trozo de la isla de Man, o de un pedazo de acera de los Campos Elíseos en aquél mayo del sesenta y ocho.
El pic-up con discos de vinilo, con música del Duo Dinámico,  Salvatore Adamo, Los Brincos,  Los Pekenikes, The Platers, Simon and Garfunkel, y tantos y tantos otros,  de tan buenos recuerdos para mi,  y que cada canción de ellos me recuerda un escenario, una mirada, una sonrisa o el azoramiento producido cuando quise decirle a ella, la que hoy es mi mujer tantas cosas y no me salió palabra.
Pero no todo ha desaparecido. Moriremos nosotros, pero la música nunca morirá, mientras quede alguien que rasguee una guitarra y derrame notas, como éstas que ahora estoy escuchando y que no salen del radio, sino del ordenador por el que escribo. Las ciencias adelantan. ¡Quien me lo iba a mi a decir!



2 comentarios:

  1. ¡Cierto, la música nunca morirá, siempre estará en esos momentos que serán recuerdos inolvidables dentro de nuestro corazón!
    ¡Bendita música, esa que a mí me hace vibrar, emocionarme y recordar... tantos momentos de mi vida!

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