miércoles, 1 de agosto de 2018

EN EL ENTIERRO DE JUANITO EL HARINERO


UN PUEBLO ROTO POR EL DOLOR.


En el entierro de Juanito el Harinero.


Escúchame amigo Juan, escúchame desde el otro lado, desde el  lado donde el silencio es eterno. Escucha hoy ese silencio que nunca quisiéramos haber oído.  Era  un silencio triste y espeso  que se mesaba en el aire.  Silencio…  ¡Pero cómo dolía ese silencio! 

Dicen, que en las calles nunca hasta  hoy  habló el silencio. ¿Dónde está la gente? Preguntó el silencio al viento. Los niños con las abuelas, los demás están de entierro. ¿Quién ha muerto que está el pueblo vacío? Volvió a preguntarle el silencio al viento. Y el viento le respondió con aire callado y lento:   Debió de ser una buena persona, porque en la Iglesia,  ni tú silencio, ni yo viento,  hoy  cabemos.
En el templo no cabían ni los suspiros, ni tan siquiera el aire entraba adentro. Por eso el viento se marchó, lento, muy lento, arrastrando la música de un pasodoble, aquél que lleva por título: Juanito el Harinero.

Amigo, empuja a las columnas, a las columnas del templo, y hazme por favor un hueco, que  quiero decirle adiós un buen hombre,  a  un buen torrecampeño.   Como testigos, allí estaban Santa Ana y Nuestro Padre Jesús Nazareno. Y la gente desfiló ante los que componían el duelo,  ¡qué gran entereza la suya!,   pues eran ellos los que consolaban a los que acudieron al sepelio, al entierro de aquél que fue músico, empresario y carpintero además de buena persona, al entierro de Juan Moral Alcántara, conocido como Juanito el Harinero que hoy ha muerto, pero que en Torredelcampo vive y vivirá en el recuerdo de todos los torrecampeños.

Dicen que por la Iglesia desfiló todo el pueblo, y me consta que los que faltaron también estuvieron.

Aquella noche el cielo se vistió de luto y la luna lloró sangre bañando de rojo el firmamento. Después,  el silencio se apoderó del pueblo a la hora de su entierro.

Descansa en paz amigo.