LO QUE PASÓ EN EL CORTIJO EL
ONTÍÑIGO.
(En la foto de 2007, el lugar
donde estuvo ubicado este cortijo)
En
mi adolescencia llegué a conocer aquél paraje como la palma de mi mano; paraje
quebrado, de sombrías cañadas, algunas, pobladas de álamos, además de higueras
y frutales abandonados tiempos atrás. El agua de los arroyuelos en muchas de
estas hondonadas corría cantarina muchos años hasta bien entrado el estío. El
paisaje del olivar rompía el orden muchas veces de sus disciplinadas hileras
cuando estas chocaban en algún pedregal sin roturar, en donde aquí, los “majuletos”
llegaban a hermanarse con los “gamones”, el hinojo y el tomillo entre otras
plantas.
Sí,
llegué a conocer muy bien en mi pubertad todos los andurriales del cortijo La Ventana , muy próximo al
del lóbrego Ontiñigo, separados ambos por una pronunciada cañada.
Lo
que llegaba a escuchar a las personas mayores siendo adolescente de este último
cortijo conocido como Ontiñigo eran frases cortas, siempre en voz baja, como:
<<Ahí pasó algo muy gordo>> <<Dicen que mataron hace muchos
años a varios>> << Se han ido los caseros porque dentro, dicen,
pasan cosas muy raras>> Yo preguntaba, y siempre obtenía respuestas más o
menos como estas: <<!Calla niño, tú no sabes de esas cosas!>>
<< ¡No seas tan “cachumetero”!>>
Hace
años recibí una llamada de un señor que después de su presentación me hizo una
pregunta: ¿Usted sabe si en el término de Torredelcampo, existe, o existió, un
cortijo llamado Fontiñigo? Le dije que
yo conocía uno al que llamábamos Ontíñigo.
A
los pocos días de esta conversación fui al pueblo, y por curiosidad me escapé
hasta allí, y desde la lonja del cortijo La Ventana fotografié el lugar donde en su día
estuvo ubicado este cortijo, porque ya no quedaba ni rastro de él habiendo en
su solar olivas jóvenes que plantaron años atrás y que contrastaban con las
demás veteranas. Esta fotografía la envié al señor que me llamó por si le
servía de algo, fotografía que es la misma que aparece en la entrada de este
escrito.
Buceando por las redes sociales he descubierto esto
en: Relato del blog de cassia.
(Torredonjimeno) que transcribo:
El
periódico “El Eco del Comercio” 18/6/1846 dice así en una noticia:
“CÓRDOBA 11 junio.- Se asegura que
los bandoleros que cautivaron al alcalde de Espejo señor Comas en su cortijo de
este término, han sido encontrados en la provincia de Jaén, junto á la villa de
Torre Campo; y que después de una obstinada resistencia fue rescatada la
víctima, muriendo cuatro de los bandidos, entre ellos el célebre Lucena que se
había escapado audacísimamente de esta cárcel antes de ponerlo en capilla por
sentencia de sus crímenes anteriores. Gran servicio han hecho con ello á esta
provincia las fuerzas de la de Jaén. Refieren que al señor Comas le decían que
no querían mas de él sino que les acompañase á cumplir una promesa”
Intrigado
por el asunto, ojeo más diarios de la época, pues no es normal que un bandolero
secuestre a un alcalde. Me interesaba saber el nombre del forajido, y algunos
aspectos más sobre las circunstancias del suceso. Esa labor no siempre es
fructuosa, y en algunas ocasiones, los rotativos decimonónicos no dan más
información que los pequeños telegramas que se enviaban a las redacciones, con
infinidad de erratas en los nombres y con muchas lagunas en los datos. Pero en
este caso, en otro diario liberal titulado “El Clamor Público” 13/6/1846
podemos leer:
MINISTERIO DE LA GOBERNACIÓN DE LA PENÍNSULA ;
El jefe político de Jaén, con fecha 9
del actual desde aquella ciudad, participa que habiendo sabido que de la parte
de Sierra Morena habían bajado cuatro hombres á caballo y bien armados, al
parecer sospechosos, y que les acompañaba un hombre de regular porte, los que
se ocultaron en el cortijo de Fontiñigo, término de Torre del Campo, adoptó
inmediatamente, de acuerdo con el comandante general, las convenientes
disposiciones para sorprenderlos. Destinados á este objeto cinco infantes de la
guardia civil, seis de caballería de id., y cuatro del regimiento de Numancia,
salieron inmediatamente, y apenas se presentaron á cercar aquel cortijo,
principiaron á hacer fuego de dentro los individuos sospechosos, y tan
sostenido, que creyendo el que mandaba esta fuerza que la obstinación de los
malhechores, si resistían todo el día, podría proporcionarles la fuga favorecidos
por la oscuridad de la noche, reclamó mas fuerza para precaver lograsen su
objeto. El jefe político y el comandante general acudieron personalmente con
mas fuerza de infantería y caballería. A su llegada encontraron que cuatro
malhechores habían salido del cortijo por la piquera del pajar opuesta á la
puerta principal, que ensancharon para caber con los caballos, y que en la
resistencia que y los otros dos acuchillados por la caballería, habiendo
causado la desgracia de la herida que recibió en la frente el sargento de
caballería de la guardia civil, Diego López.
Reconocido el cortijo se encontró á don
Miguel de Comas, teniente de alcalde de Espejo en la provincia de Córdoba, á
quien tenía de rehenes ínterin entregaba 40,000 rs. Que exigían por su rescate;
y al regidor del ayuntamiento de Torre del Campo, don Bartolomé del Moral.
Según manifestación del teniente de alcalde de Espejo, los cuatro malhechores
que quedaron muertos en su fuga del cortijo de Fontiñigo se llamaban Francisco
Lucena, natural de Espejo, que los capitaneaba, Felipe Choclán, vecino de
Córdoba, Cristóbal Moral y Manuel Sánchez, de Jerez de la Frontera , desertores de
presidio, á que estaban destinados por muertes y robos. El jefe político
recomienda el comportamiento de la guardia civil, individuos de tropa,
carabineros hicieron habían caído
dos muertos al fuego de la infantería de la guardia civil individuos de tropa,
carabineros y agentes de seguridad que le acompañaron y contribuyeron á este
importante servicio, de suma consideración para la tranquilidad y seguridad
individual de aquella provincia y la de Córdoba.
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