domingo, 8 de diciembre de 2024

PENSAMIENTOS QUE DAN QUE PENSAR.

 


Montado en el viento se fue la voz del último pregonero, voz que yo espero oír algún día cuando el aire de la vuelta.

Ya no volverá a mojarme aquella lluvia que resbalaba sobre su rostro en aquél instante inolvidable… ¿o acaso eran sus lágrimas?

El tiempo se llevó un día al beodo que vendía cántaros de barro. No sé a quién se llevó primero, a él, o a su borrico.      

Ya no mece el viento los cohetes guturales que explosionaba El Ito. Ninguno de los dueños de los perros puso en aquél tiempo queja alguna.

Aquellos temporales de mi infancia la lluvia nunca secaba el barro. Las borrascas venían siempre acompañadas de vientos con aire y lluvia con agua.

La animadora que venía para la feria levantaba el ánimo a aquellos que por su edad lo tenían en vías de desahucio. Contrátala de nuevo señor alcalde.

Fulano me ha retirado el saludo. Que recuerde, yo no le hice a este ningún favor.

El tren correo de las nueve me devolverá algún día aquella carta que nunca escribí.

En aquél tiempo éramos tan cultos que don Federico oficiaba las liturgias en latín.

El día que algún laboratorio analice el agua de algunos pozos de la campiña, dejarán de fabricar laxantes.

En mis tiempos, todos los novios llevábamos carabina a pesar de estar prohibida la tenencia de armamento.

De pequeño nunca pude botar una pelota. Mis padres tampoco pudieron votar a ningún alcalde.

Antero Villar Rosa

 

 

 

 

 

 

 

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